A la espera de la respuesta mágica e imposible, atragantandome en una ciudad espantosamente familiar, eternamente ajena, las ráfagas del pasado golpean la puerta para caer de putazo en una calle transitada por millones, donde hay que chingar para non ser atropellado por zapatos de todos tipos que cada mañana caminan para hacer lo propio, chingar sin medida, tomar el bolillo de al lado, ver al calzado ajeno como mejor, aunque se incruste en el culo cunado te este pateando.
Las edificaciones estarán para recordarle su lugar a cada quien, "se vive la vida que se puede, no la que se quiere o la que se debe" sentenció desde su solitario asiento de piloto, bajo sus inmensos techos algunos sufren la imposibilidad de relacionarse o pelean con pequeños dragones, que queman con complejos y sociedades desquebrantadas a bocanadas. Otros bajo paupérrimos techos sufren una muerte alienada, un hambre sin respuesta, el eco de la lejanía, el llanto de los hijos olvidados de la nación es mudo.
Aquí seguimos, sentados en la hipocresía social, en un hedonismo temporal-generacional, en la academia-expendio-de-titulos-nobiliarios, en la efímera roca, reflexionando sin pensar, pensando sin hablar, hablando sin actuar, aquí sigo masturbandome con fantasías de un lugar imposible, utopias que nadie quiere construir, desperdicio del líquido vital en papeles, algunos con textos, otros con valor monetario, otros virtuales, la mayoría simples kleenex. Aquí seguimos destruyendo por seguir consumiendo oxígeno y darle seguimiento a nuestra banal existencia animal, desarrollando complejos sistemas para satisfacer nuestras necesidades más básicas, seguimos sin discurso, con complejos, con abuso de poder, con mala distribución, educativa, material, intelectual; con rabia en los ojos y bestiales capacidades, con la constante prgunta. ¿podremos seguir así?
saludos