Ella no está
(diálogo)
L – ¿Bueno?
R- Qué pasó ¿No te despierto?
L - No, bueno, ya casi me iba a dormir. Estaba aquí haciendo unas cosas. ¿Ya se fueron todos?
R - Si, hace poco. Se acaban de ir los últimos, los tuve que correr, ya andaban bien pedos, además eran unos cabrones que ni conozco, ya ni supe quién los trajo…
L – Pensé que seguiría hasta el amanecer ¿Te metiste algo? Suenas alterado.
R - Pues…si, unas líneas inofensivas, nada grave.
L -Nada grave…
R – ¿Estás solo?
L – Si. ¿Por? (una mano femenina acaricia el rostro de L.)
R – Por nada, estaba pensando en ir a verte.
L – ¿Estás consciente de que son las tres de la mañana?
R – De todas formas sigues despierto.
L - ¿Para qué quieres venir?
R – No se…para platicar.
L – Podemos platicar por teléfono, además en la peda ni me pelaste.
R –Ya, no seas mamón, es sólo que tenía ganas de hablar con alguien sin necesidad de sonreír o decir salud cada cinco minutos.
L – No suena a que estés muy bien. Pero tampoco deberías manejar, no estás en condiciones.
R – He estado en peores y llegado más lejos.
L – Si quieres puedo ir a tu casa.
R – Las casas de fiesta son deprimentes cuando se vacían. El piso está pegajoso.
L – Mejor deberías de limpiar en vez de andar saliendo a estas horas.
R – Pero no quiero limpiar sólo, más bien el pedo es que no sé dónde está E.
L –¿Cómo? ¿Perdiste a tu esposa en la fiesta de tu propia casa? (L. recibe un silencioso beso en la frente, la mujer sale por la puerta)
R – Pues no está. ¿Sabes algo de ella?
L - ¿Yo? No, nada. Casi no platiqué con ella hoy. ¿Se pelearon?
R – No que yo sepa, aunque estuvo algo distante. La dejé de ver desde que te fuiste más o menos.
L – Pues no me dijo nada cuando me despedí de ella.
R – ¿No la viste con alguien más?
L – Estaba sola cuando me despedí.
R – Ya estoy medio preocupado cabrón.
L – Tranquilo, seguro regresa en un rato, sólo un malentendido.
R - ¿Pero a qué carajos saldría a las tres de la mañana?
L – ¿Ya viste si Miper esta ahí? Igual lo sacó a pasear. Igual se enojó de que andabas de coco. Igual te vio con otra vieja…
R – No creo, no me vio haciendo nada.
L – ¿Has escuchado del sexto sentido femenino?
R – Esas son pendejadas.
L – ¿Ya checaste si esta el perro?
R – Es lo que estoy haciendo, no lo veo.
L – Seguro que sacó al perro, además, si dices que andabas ahí haciendo mamadas.
R – No creo, más bien la dejé de ver desde hace rato, pensé que tal vez se había ido contigo.
L – No, para nada. ¿Por qué habría de estar conmigo?
R - A ver espérame, creo que ya llegó.
L – Ya ves wey, y seguro trae al perro.
R – Si, ya llegó, y efectivamente viene con el perro. Pues bueno, voy a ver qué pedo, disculpa las horas.
L – No es molestia, más bien buena suerte, a ver si no te toca chinga (L. cuelga y se tropieza con un tazón en el piso de la cocina, toma un vaso con agua y vuelve a la cama).