domingo, marzo 20, 2011

La Ciudad

Dijiste: "Iré a otra ciudad, iré a otro mar.
Otra ciudad ha de hallarse mejor que ésta.
Todo esfuerzo mío es una condena escrita;
y está mi corazón - como un cadáver - sepultado.
Mi espíritu hasta cuándo permanecerá en este marasmo.
Donde mis ojos vuelva, donde quiera que mire
oscuras ruinas de mi vida veo aquí,
donde tantos años pasé y destruí y perdí".

Nuevas tierras no hallarás, no hallarás otros mares.
La ciudad te seguirá. Vagarás
por las mismas calles. Y en los mismos barrios te harás viejo
y en estas mismas casas encanecerás.
Siempre llegarás a esta ciudad. Para otro lugar - no esperes -
no hay barco para ti, no hay camino.
Así como tu vida la arruinaste aquí
en este rincón pequeño, en toda tierra la destruiste.

Cavafis

martes, marzo 15, 2011

I'm nobody! Who are you?

Are you nobody, too?

Then there's a pair of us--don't tell!

They'd banish us, you know.

How dreary to be somebody!

How public, like a frog

To tell your name the livelong day

To an admiring bog!


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"Hope" is the thing with feathers -

That perches in the soul -

And sings the tune without the words -

And never stops - at all -

And sweetest - in the Gale - is heard -

And sore must be the storm -

That could abash the little Bird

that kept so many warm -

I've heard it in the chillest land -

And on the strangest Sea -

Yet never - in Extremity,

It asked a crumb - of me.

-Emily Dickinson

martes, marzo 08, 2011

Diferencias

Tú: Los Supersónicos
yo: Los Picapiedra
tú: La Cartuja de Parma
yo: Rojo y negro
tú: las Chivas
yo: las Águilas
tú: los wafles
yo: los huevos con longaniza
tú: legislas
yo: soy legislado
¿a dónde vamos a llegar
mi cielo
con tantas diferencias?
¿será por eso
que tanto
tanto
nos peleamos?
sólo unos favores te pido
cariño
para arreglar las cosas
que no vuelvas a decirme inútil
enfrente de mis amigos
que dejes de legislar
cuando estás en la casa
que le pongas la tapa al champú
al salir de la regadera
que ya no uses esos feos zapatos
y que no eructes
por favor
cuando me besas en la boca.



Leías

El otro día
mi cielo
vi que leías
una historia
de la Revolución Mexicana
¡qué contento
me puse al recordar
mis años de ecuela!
me vinieron a la memoria
Madero y Pino Suárez
Zapata y Villa
la Alhóndiga y el Pípila
y nuestra Corregidora
luego me puse a recordar
lo que aprendí
en mis años mozos
de diptongos y triptongos
del origen de la vida
de las capitales europeas
y el himno a la bandera
la tabla del siete
la importancia de los telégrafos
y el inglés
my book and my pencil
are on the table
y más tarde evoqué
mi querida estudiosa
a la maestra Hermelinda
que me enseñó a obedecer
y al maestro Bartolomé
que también lo hizo
con su cinturón
y a Jorgito
mi compañero de banca
que siempre estaba enseñando su pito
o a Panchita
que me escupió en la cara
al terminar el recreo
y en especial
a José Ángel Mendieta
alias El Mantecas
o El Gorilón
que me dio un puñetazo
por el cual terminé en el hospital
con la nariz rota
y a mi padre
que me regañó por no haberme defendido
a mi madre
que me dejó solo en el hospital
porque ése era su día
de jugar canasta con sus amigas
ay, amor
¿por qué te pusiste a leer
una historia
de la Revolución Mexicana?


Francisco Hinojosa, Poesía eres tú

lunes, marzo 07, 2011

No es el ambiente de las casas burguesas de vacaciones


No sé cómo vestirme ni cómo pensar dentro de mí, ni cómo comportarme con los otros; las horas, los sucesos y los hábitos, cosas que querría destruir, vuelven a atraparme en su movimiento; y aquello que pospongo de un día para otro, que no sé lo que es, pasa siempre lejos de mí. Sin embargo, siento una gran ligereza en el corazón, y soy muy ligero en lo que se refiere a la carne; incluso los pensamientos son ligeros y han perdido el vacío que les daba ese dejo tan triste en Bolonia.

Fragmento de una carta a Franco Farolfi de Pier Paolo Pasolini, 1940.