viernes, diciembre 15, 2006

Retrospección

El viento cada dia sopla más fuerte y las calles de esta ciudad universitaria se comienzan a desolar cada vez más. Sufre efectos muy similares a los de Cholula y empiezo a pensar que los estudiantes occidentales alrededor del mundo funcionamos de maneras muy similares.

Ya son 3 meses desde que llegue a Leicester, Inglaterra. Antes de venir no podía tener una imagen clara del lugar en el que iba a residir por el próximo año, los primeros prejuicios oscilaban entre un el Palacio de Buckingham y un hoyo funky en un sótano de Londres. Había una gama muy amplia de escenarios en mi expectativa.

A mi llegada a Londres, la primera impresión fue la de un niño en dulcería, creo que incluso llegue a pensar en morder alguna de las esquina embarradas de ladrillos rojos y me emocionaba al presionar los botones de los pasos peatonales que carecemos en México. Calles pequeñas con edificaciones impresionantes, los estereotípicos camiones rojos de dos niveles y los volantes de los autos en el otro lado. “Siempre fíjate bien antes de cruzar” me recordaba mi madre antes de partir y desde que llegué lo he puesto en práctica todos los días. Mis preceptos culturales ni siquiera me dejaban cruzar la calle seguro de la afluencia automovilística

Las Europas se desplegaban ante mí como un libro de tercera dimensión que recorría corriendo sin parar, aprovechando la cercanía geográfica con impresionantes cambios culturales cada vez que daba un salto entre frontera y frontera. Los precios tampoco eran tan amigables al ver mi moneda golpeada aproximadamente 21 veces por la libra esterlina y como unas 14 por el euro, pero al final seguía en combate como los grandes boxeadores mexicanos que ganaban peleas por resistentes y no por fuerza bruta.

Londres me había dejado en un buen estado de animo para trasladarme a Leicester, pero la ente me advertía que no era lo mismo, incluso hay ingleses que separan claramente “Londres no es Inglaterra”, pero no fue gran sorpresa siendo de una nación tan europeamente centralizada y habiendo vivido las grandes diferencia entre mi ciudad natal, el megalómano Distrito Federal y el folclor de Cholula. Los primero que hice al llegar a Leicester fui ir a comer Fish & Chips guiado por el que desde ese momento se convertiría en uno de los dos compañeros de casa que tengo, que a su vez cumplen la función de mis mentores de la cultura inglesa.


Continuara...

Saludos