jueves, noviembre 22, 2007

Las palomas picotean las ventanas

Una mañana más perdida en la desmotivación del despertar, no hemos sido más que cuerpos en descomposición a partir del nacimiento.

Decepción.

Los ombligos no son más que recordatorios de la eventual defunción.

Los debates en la academia han dejado de representar la problemática en las calles, actos masturbatorios de los que tienen títulos.

Destruimos a los testigos de nuestra decadencia, puede que en eso radique la misma.

El nacimiento de nuestra generación ha marcado el principio del final.

Hoy la tecnología falla en su cometido, los párpados se abren con desánimo, los valores se han hecho negocios, somos productos diseñados para consumir productos, las instituciones han muerto desde adentro, la mañana ha terminado y la única motivación es el final del día, el regreso a la cama, una efímera compañia para en pocas horas volver a recibir la siempre radiante luz del sol.

saludos