sábado, mayo 14, 2011

Soneto

Soñaba hallarme en el placer que aflora;
vive el placer sin mí, pues pronto pasa.
Soy el que ocultamente se retrasa
y se substrae a lo que se devora.

Dividido de mí quién se enamora
Y cuyo amor midió la vida escasa,
Soy el residuo estéril de su brasa
y me gana la muerte desde ahora.

Pasa por mí lo que no habré igualado
después que pasa y que ya no “parece”
su ausencia sólo soy, que permanece.

Y, oh muerte, vasta para lo pasado,
me entregarás, más cuando esté vencido
el defecto que soy de lo que he sido.


Revista Los contemporáneos. No. 4, 1931

Jorge Cuesta