es la arena de un desierto que aterra
—y cuando se levanta, pesa como una ola inmensa que aplasta—
y va subiendo hasta cubrir el bronce de la pirámide
—que no tiene espíritu—
Y su materia va sepultándose sin defensa alguna
bajo la fuerza de la arena de un desierto que aterra.
—De un desierto que ocupa un ínfimo espacio
en un enorme continente,
de un desiero que quema la materia que no tiene espíritu.
—La materia que va sepultando la arena que cubre la pirámide de Bronce.
Oaxaca, 17 de abril de 1922.