Los parias de la necesidad
El beso como contrato de frialdad comercial
dos partes en convenio de satisfacer una necesidad básica
operada tal vez por una cogidita o 2 o 3 o más
como quien va por una cajita feliz
o un Big Mac
que sin importar los chorros de catsup y mostaza bajo los que se esconde
no es más que una hamburguesa
y papas y refresco grandes por 6 o 7 u 8 pesos más
eso y la panza llena por las próximas 2 o 3 o 4 horas
Y nada más
Luego el sopor de la indigestión, bochornos de niño gordo
el vacío del contrato firmado y seguido al pie de la letra
tomar el cambio y guardarlo en el bolsillo con indiferencia
con el mecanismo de un robot o una trabajadora de maquila
el orgasmo reducido al semen
No es el arte de una comida compleja
casi inalcanzable para la mayoría de nosotros, los parias de la necesidad
un plato que no necesita ni catsup ni mostaza ni nada
que no te ofrece 'go large' por una módica cantidad
no es un beso que es contrato sino expresión
arte cotidiano
nunca satisface pero conmueve
y vive para ser inconclusión en búsqueda de no serlo
Will E. Coyote tras el Correcaminos y su persecución eterna
Porque el arte es pero no siempre
el que no vive en galerías ni se registra ni es masivo
mucho menos comercial ni redituable
sin embargo es
entonces se justifica el respirar de nosotros, los parias de la necesidad
para sólo así dejar de serlos