Giovanni Papini
lunes, septiembre 23, 2013
De sueño
- No soy un hombre real. No soy un hombre como los otros, un hombre con huesos y músculo, un hombre generado por hombres. Yo soy - y quiero decirlo a pesar de que tal vez no quiera creerme - yo no soy mas que la figura de un sueño. Una imagen de Shakespeare es, con respecto a mí, literal y trágicamente exacta: ¡Yo soy de la misma sustancia de que están hechos los sueños! Existo porque hay uno que me sueña, hay uno que duerme y sueña y me ve obrar y vivir y moverme y en este momento sueña que yo digo todo esto. Cuando ese uno empezó a soñarme, yo empecé a existir; cuando se despierte cesaré de existir. Y soy una imaginación, una creación, un huésped de sus largas fantasías nocturnas. El sueño de este uno es tan intenso que me ha hecho visible incluso a los hombres que están despiertos. Pero el mundo de la vigilia no es el mío. Mi verdadera vida es la que discurre lentamente en el alma de mi durmiente creador.
lunes, septiembre 09, 2013
Cantar del inquilino
En el fondo
me consuela saber que no soy dueño de esta casa,
que por vivirla he pagado un alquiler que no me ofende.
Me gusta no ser yo quien ha escogido
el tapiz de las paredes,
el sucio claroscuro de la estancia,
el falso esplendor de los espejos
que me humillan mañana tras mañana.
Me conformo con fincar
mi reino en lo inmediato,
saberme caracol,
estar de paso.
Que otra sea la dicha del casero:
Si se trata de elegir
prefiero la medida de mis versos:
en ellos mis palabras
se mueven a sus anchas.
Me gusta no ser yo
sino en lo contingente,
y aquí soy mi propia disidencia.
Víctor Cabrera
Revista de la Universidad de México / Anuario de Poesía Mexicana 2007
me consuela saber que no soy dueño de esta casa,
que por vivirla he pagado un alquiler que no me ofende.
Me gusta no ser yo quien ha escogido
el tapiz de las paredes,
el sucio claroscuro de la estancia,
el falso esplendor de los espejos
que me humillan mañana tras mañana.
Me conformo con fincar
mi reino en lo inmediato,
saberme caracol,
estar de paso.
Que otra sea la dicha del casero:
Si se trata de elegir
prefiero la medida de mis versos:
en ellos mis palabras
se mueven a sus anchas.
Me gusta no ser yo
sino en lo contingente,
y aquí soy mi propia disidencia.
Víctor Cabrera
Revista de la Universidad de México / Anuario de Poesía Mexicana 2007
miércoles, septiembre 04, 2013
En este mismo instante
En este mismo instante
hay un hombre que sufre,
un hombre torturado
tan sólo por amar
la libertad. Ignoro
dónde vive, qué lengua
habla, de qué color
tiene la piel, cómo
se llama, pero
en este mismo instante,
cuando tus ojos leen
mi pequeño poema,
ese hombre existe, grita,
se puede oír su llanto
de animal acosado,
mientras muerde sus labios
para no denunciar
a los amigos. ¿Oyes?
Un hombre solo
grita maniatado, existe
en algún sitio. ¿He dicho solo?
¿No sientes, como yo,
el dolor de su cuerpo
repetido en el tuyo?
¿No te mana la sangre
bajo los golpes ciegos?
Nadie está solo. Ahora,
en este mismo instante,
también a ti y a mí
nos tienen maniatados.
-José Agustín Goytisolo
hay un hombre que sufre,
un hombre torturado
tan sólo por amar
la libertad. Ignoro
dónde vive, qué lengua
habla, de qué color
tiene la piel, cómo
se llama, pero
en este mismo instante,
cuando tus ojos leen
mi pequeño poema,
ese hombre existe, grita,
se puede oír su llanto
de animal acosado,
mientras muerde sus labios
para no denunciar
a los amigos. ¿Oyes?
Un hombre solo
grita maniatado, existe
en algún sitio. ¿He dicho solo?
¿No sientes, como yo,
el dolor de su cuerpo
repetido en el tuyo?
¿No te mana la sangre
bajo los golpes ciegos?
Nadie está solo. Ahora,
en este mismo instante,
también a ti y a mí
nos tienen maniatados.
-José Agustín Goytisolo
martes, agosto 27, 2013
Lumbre
X
Hablé con mi hermana de una ceniza brillante.
Y nos pinchamos los dedos bordando la memoria.
De la flor que se desangró salió su nombre.
Los muertos andan entre nuestras ropas.
Los traemos en las extremidades.
Nos silban al oído.
Los recuerdos viajan en un caracol de mar seco.
Espirales.
La mata de anís en la mano.
El oído repite escenas.
Rompe los platos.
La ceniza es un cementerio.
La memoria es una brizna que no se apaga.
XX
La muerte guarda semillas en un cajón.
Escucho lo que la piedra dice.
En el infierno hay música.
Ebriedad de desierto.
La lavanda se seca
mientras me riego en la ceremonia de la llegada.
LXV
De niña tuve el sueño de un incendio
con disfraz de recuerdo.
Ahora describo unas llamas
que nadie reconoce en su memoria.
Lámparas en un árbol.
Lumbre.
Penumbra.
Palabras muestran su revés, sus costuras,
su falta de botones.
Este momento es un sueño.
Este instante es memoria.
Guadalupe Galván
Hablé con mi hermana de una ceniza brillante.
Y nos pinchamos los dedos bordando la memoria.
De la flor que se desangró salió su nombre.
Los muertos andan entre nuestras ropas.
Los traemos en las extremidades.
Nos silban al oído.
Los recuerdos viajan en un caracol de mar seco.
Espirales.
La mata de anís en la mano.
El oído repite escenas.
Rompe los platos.
La ceniza es un cementerio.
La memoria es una brizna que no se apaga.
XX
La muerte guarda semillas en un cajón.
Escucho lo que la piedra dice.
En el infierno hay música.
Ebriedad de desierto.
La lavanda se seca
mientras me riego en la ceremonia de la llegada.
LXV
De niña tuve el sueño de un incendio
con disfraz de recuerdo.
Ahora describo unas llamas
que nadie reconoce en su memoria.
Lámparas en un árbol.
Lumbre.
Penumbra.
Palabras muestran su revés, sus costuras,
su falta de botones.
Este momento es un sueño.
Este instante es memoria.
Guadalupe Galván
miércoles, julio 10, 2013
Alta traición
No amo mi patria.
Su fulgor abstracto
es inasible.
Pero (aunque suene mal)
daría la vida
por diez lugares suyos,
cierta gente,
puertos, bosques de pinos,
fortalezas,
una ciudad deshecha,
gris, monstruosa,
varias figuras de su historia,
montañas
-y tres o cuatro ríos.
José Emilio Pacheco
jueves, junio 13, 2013
Nahui Olin
Mi nombre es como el de todas las cosas: sin principio ni fin y, sin embargo, sin aislarme de la totalidad por mi evolución distinta en ese conjunto infinito, las palabras más cercanas a nombrarme son NAHUI - OLIN. Nombre cosmogónico, la fuerza, el poder de movimientos que irradian luz, vida y fuerza. En azteca, el poder que tiene el sol de mover el conjunto que abarca su sistema, pero, sin embargo hace siglos que existe mi sustancia sin nombre alguno y va evolucionando y hace siglos y ahora mismo que no tengo nombre y voy marchando sin descanso alguno en un tiempo sin fin y soy en una faz distinta, el sin principio ni fin de todas las cosas___
No existe nada definitivo, ni en la ciencia más alta ni en las leyes de ninguna especia, pertenecemos a un sin principio ni fin que borra toda clasificación, toda identificación. Somos una partícula sin nombre que evolucionamos siempre sin fin ______
[...]
Qué me importan las leyes, la sociedad, si dentro de mí hay un reino donde yo sola y por más que hicieran, nunca llegarían a imponer un tráfico en mi reino y sólo superficialmente y eventualmente tendré que traficar entre los imbéciles gobiernos como quien compra un boleto de camión para transitar en mi periodo de transición_____ Todo siempre ha existido sin nombre conocido o desconocido, sin estar numerado en un archivo y nada puede interrumpir esa evolución.
Nahui Olin
martes, mayo 28, 2013
Batman's testicles
XII.
If we were told that Batman’s testicles
were “real” and “spectacular”,
we wouldn’t blink because we know
they’re rubber. And we’re sort of fine
with that.
"SELECTIONS FROM
EPISODE
THREE"
By Amish Trivedi
Beard of Bees Press
Chicago, Illinois
Number 59
February, 2009
Imagine the feelings of a whole continent
Imagine the feelings of a whole
continent, I said. A sheer blank
space of delightful mystery, its black
thoughts, its body
at rest in the middle of blessings.
If such is the meaning
of a French steamer, and it was, were
we who had pronounced a judgment upon
the whole population cleared into
the heart of an unknown planet? We could for a
while, of massacres, of
craven terror, of burning noble words.
It was very grave, were we
who had gone mad, completely.
"a light heart,
its black thoughts"
By Gnoetry & Eric Scovel
Beard of Bees Press
Chicago, Illinois
Number 60
March, 2009
*Gnoetry is an on-going experiment in human/computer collaborative poetry composition.
Gnoetry synthesizes language randomly based on its analysis of existing texts. Any machine-readable text or texts, in any language, can serve as the basis of the Gnoetic process. Gnoetry generates sentences that mimic the local statistical properties of the source texts. This language is filtered subject to additional constraints (syllable counts, rhyming, etc.) to produce a poem.
miércoles, mayo 22, 2013
La arena que cubre la pirámide de Bronce
es la arena de un desierto que aterra
—y cuando se levanta, pesa como una ola inmensa que aplasta—
y va subiendo hasta cubrir el bronce de la pirámide
—que no tiene espíritu—
Y su materia va sepultándose sin defensa alguna
bajo la fuerza de la arena de un desierto que aterra.
—De un desierto que ocupa un ínfimo espacio
en un enorme continente,
de un desiero que quema la materia que no tiene espíritu.
—La materia que va sepultando la arena que cubre la pirámide de Bronce.
Oaxaca, 17 de abril de 1922.
domingo, mayo 12, 2013
Desolation row
They’re selling postcards of the hanging
They’re painting the passports brown
The beauty parlor is filled with sailors
The circus is in town
Here comes the blind commissioner
They’ve got him in a trance
One hand is tied to the tight-rope walker
The other is in his pants
And the riot squad they’re restless
They need somewhere to go
As lady and I look out tonight
From desolation row
Cinderella, she seems so easy
It takes one to know one, she smiles
And puts her hands into her back pockets
Bette Davis style
And in comes Romeo, he’s moaning
"You belong to me I believe"
And someone turns and says to him
"My friend you'd better leave"
And the only sound that’s left
After the ambulances go
Is Cinderella sweeping up
On desolation row
Now the moon is almost hidden
The stars they're just pretending to hide
The fortunetelling lady
Has even taken all her things inside
All except for Cain and Abel
And the hunchback of Notre Dame
Everyone is makin' love
Or else expecting rain
And the good Samaritan, he’s dressing
He’s getting ready for the show
He’s going to the carnival tonight
On desolation row
Ophelia, she’s ’neath the window
For her I feel so afraid
On her twenty-second birthday
She already is an old maid
Now to her, death is quite romantic
She wears an iron vest
Her profession is her religion
Her sin is her lifelessness
And though her eyes are fixed upon
Noah’s great rainbow
She spends her time peeking
Into desolation row
Einstein, disguised as Robin Hood
With his memories in a trunk
Passed this way an hour ago
With his friend, some jealous monk
Now he looked so immaculately frightful
As he bummed his cigarette
Then he went off sniffing drainpipes
And reciting the alphabet
You would not think to look at him
But he was famous long ago
For playing the electric violin
On desolation row
Dr. Filth, he keeps his world
Locked inside of his leather cup
But all his sexless patients
They’re trying to blow it up
Now his nurse, some local loser
She’s in charge of the cyanide hole
She also keeps the cards that read
"Have mercy on his soul"
They all play on the penny whistle
You can hear them blow
If you lean your head out far enough
From desolation row
Across the street they’ve nailed the curtains
They’re getting ready for the feast
The phantom of the opera
In a perfect image of a priest
They’re spoon feeding Casanova
To get him to feel more assured
Then they’ll kill him with self-confidence
After poisoning him with words
And the phantom shouts to skinny girls
"Get outta here if you don’t know
Casanova he's just being punished for going
To desolation row"
Now at midnight all the agents
And the superhuman crew
Come out and round up everyone
That knows more than they do
Then they bring them to the factory
Where the heart attack machine
Is strapped across their shoulders
And then the kerosene
Is brought down from the castles
By insurance men who go
Check to see that no one is escaping
To desolation row
Praise be to Nero’s Neptune
The Titanic sails at dawn
And everybody’s shouting
"Which side are you on?"
And Ezra Pound and T.S. Elliott
Fighting in the captain’s tower
While Calypso's singers laugh at them
And fishermen hold flowers
Between the windows of the sea
Where lovely mermaids flow
And nobody has to think too much
About desolation row
Yes, I received your letter yesterday
About the time the door knob broke
When you asked me how I was doing
Was that some kind of joke?
All these people that you mention
Yes, I know them, they’re quite lame
I had to rearrange their faces
And give them all another name
Right now I cannot read too well
Don’t send me no more letters, no
Not unless you mail them
From desolation row
They’re painting the passports brown
The beauty parlor is filled with sailors
The circus is in town
Here comes the blind commissioner
They’ve got him in a trance
One hand is tied to the tight-rope walker
The other is in his pants
And the riot squad they’re restless
They need somewhere to go
As lady and I look out tonight
From desolation row
Cinderella, she seems so easy
It takes one to know one, she smiles
And puts her hands into her back pockets
Bette Davis style
And in comes Romeo, he’s moaning
"You belong to me I believe"
And someone turns and says to him
"My friend you'd better leave"
And the only sound that’s left
After the ambulances go
Is Cinderella sweeping up
On desolation row
Now the moon is almost hidden
The stars they're just pretending to hide
The fortunetelling lady
Has even taken all her things inside
All except for Cain and Abel
And the hunchback of Notre Dame
Everyone is makin' love
Or else expecting rain
And the good Samaritan, he’s dressing
He’s getting ready for the show
He’s going to the carnival tonight
On desolation row
Ophelia, she’s ’neath the window
For her I feel so afraid
On her twenty-second birthday
She already is an old maid
Now to her, death is quite romantic
She wears an iron vest
Her profession is her religion
Her sin is her lifelessness
And though her eyes are fixed upon
Noah’s great rainbow
She spends her time peeking
Into desolation row
Einstein, disguised as Robin Hood
With his memories in a trunk
Passed this way an hour ago
With his friend, some jealous monk
Now he looked so immaculately frightful
As he bummed his cigarette
Then he went off sniffing drainpipes
And reciting the alphabet
You would not think to look at him
But he was famous long ago
For playing the electric violin
On desolation row
Dr. Filth, he keeps his world
Locked inside of his leather cup
But all his sexless patients
They’re trying to blow it up
Now his nurse, some local loser
She’s in charge of the cyanide hole
She also keeps the cards that read
"Have mercy on his soul"
They all play on the penny whistle
You can hear them blow
If you lean your head out far enough
From desolation row
Across the street they’ve nailed the curtains
They’re getting ready for the feast
The phantom of the opera
In a perfect image of a priest
They’re spoon feeding Casanova
To get him to feel more assured
Then they’ll kill him with self-confidence
After poisoning him with words
And the phantom shouts to skinny girls
"Get outta here if you don’t know
Casanova he's just being punished for going
To desolation row"
Now at midnight all the agents
And the superhuman crew
Come out and round up everyone
That knows more than they do
Then they bring them to the factory
Where the heart attack machine
Is strapped across their shoulders
And then the kerosene
Is brought down from the castles
By insurance men who go
Check to see that no one is escaping
To desolation row
Praise be to Nero’s Neptune
The Titanic sails at dawn
And everybody’s shouting
"Which side are you on?"
And Ezra Pound and T.S. Elliott
Fighting in the captain’s tower
While Calypso's singers laugh at them
And fishermen hold flowers
Between the windows of the sea
Where lovely mermaids flow
And nobody has to think too much
About desolation row
Yes, I received your letter yesterday
About the time the door knob broke
When you asked me how I was doing
Was that some kind of joke?
All these people that you mention
Yes, I know them, they’re quite lame
I had to rearrange their faces
And give them all another name
Right now I cannot read too well
Don’t send me no more letters, no
Not unless you mail them
From desolation row
Bob Dylan
viernes, abril 19, 2013
Simon Weston
One of those attending the funeral, Falklands War veteran Simon Weston, earlier paid tribute to Baroness Thatcher, saying she was a "decisive" leader who gave Britain something to be proud of.
BBC, 2013.
- - -
"Yo no supe que andabas en Malvinas
solo escuché en la radio
algunos cuentos
Yo no soy digno de llamarte hermano
ni verte mutilado y muerto
Vos sos la conciencia de la Patria
y yo apenas tengo su pañuelo"
Fragmento de "Soldado de Malvinas", de Rolando E. Gonzalez y Rolando G. Barriga
domingo, abril 14, 2013
Besos
Mis besos lloverán sobre tu boca oceánica
primero uno a uno como una hilera de gruesas gotas
anchas gotas dulces cuando empieza la lluvia
que revientan como claveles de sombra
luego de pronto todos juntos
hundiéndose en tu gruta marina
chorro de besos sordos entrando hasta tu fondo
perdiéndose como un chorro en el mar
en tu boca oceánica de oleaje caliente
besos chafados blandos anchos como el peso de la plastilina
besos oscuros como túneles de donde no se sale vivo
deslumbrantes como el estallido de la fe
sentidos como algo que te arrancan
comunicantes como los vasos comunicantes
besos penetrantes como la noche glacial en que todos nos abandonaron
besaré tus mejillas
tus pómulos de estatua de archilla adánica
tu piel que cede bajo mis dedos
para que yo modele un rostro de carne compacta
idéntico al tuyo
y besaré tus ojos más grandes que tú toda
y que tú y yo juntos y la vida y la muerte
del color de la tersura
de mirada asombrosa como encontrarse en la calle con
uno mismo
como encontrarse delante de un abismo
que nos obliga a decir quién somos
tus ojos en cuyo fondo vives tú
como en el fondo del bosque más claro del mundo
tus ojos que tú no conoces
que miran con un gran golpe aturdidor
y me inmutan y me obligan a callar y a ponerme serio
como si viera de pronto en una sola imagen
toda la trágica indescifrable historia de la especie
tus ojos de esfinge virginal
de silencio que resplandece como el hielo
tus ojos de caída durante mil años en el pozo del olvido
besaré también tu cuello liso y vertiginoso como un tobogán inmóvil
tu garganta donde la vida se anuda como un fruto
que se puede morder
tu garganta donde puede morderse la amargura
y donde el sol en estado líquido circula por tu voz y tus venas
como un cogñac ingrávido y cargado de electricidad
besaré tus hombros construidos y frágiles como la ciudad
de Florencia
y tus brazos firmes como un río caudal
frescos como la maternidad
rotundos como el momento de inspiración
tus brazos redondos como la palabra de Roma
amorosos a veces como el amor de las vacas por los terneros
y tus manos lisas y buenas como cucharas de palo
tus manos incitadoras como la fiebre
o blandas como el regazo de la madre del asesino
tus manos que apaciguan como saber que la bondad existe
besaré tus pechos globos de ternura
besaré sobre todo tus pechos más tibios que la convalescencia
y que pesan en el hueco de mi mano como la evidencia
en la mente del sabio
tus pechos pesados fluidos tus pechos de mercurio solar
tus pechos anchos como un paisaje escogido definitivamente
inolvidables como el pedazo de tierra donde habrán
de enterrarnos
calientes como las ganas de vivir
con pezones de milagro y dulces alfileres
que son la punta donde de pronto acaba chatamente
la fuerza de la vida y sus renovaciones
tus pezones de botón para abrochar el paraíso
de retoño del mundo que echa flores de puro júbilo
tus pezones submarinos de sabor a frescura
besaré mil veces tus pechos que pesan como imanes
y cuando los aprieto se desparraman como el son
en los trigales
tus pechos de luz materializada y de sangre dulcificada
generosos como la alegría de aceptar la tristeza
tus pechos en donde todo se resuelve
donde acaba la guerra la duda la tortura
y las ganas de morirse
besaré tu vientre firme como el planeta Tierra
tu vientre de llanura emergida del caos
de playa rumorosa
de almohada para la cabeza del rey después de entrar a saco
tu vientre misterioso cuna de la noche desesperada
remolino de la rendición y del deslumbrante suicidio
donde la frente se rinde como una espada fulminada
tu vientre montón de arena de oro palpitante
montón de trigo negro cosechado en la luna
montón de tenebroso humos incitante
tu vientre regado por los ríos subterráneos
donde aún palpitan las convulsiones del parto de la tierra
tu vientre contráctil que se endurece como un brusco
recuerdo que se coagula
y ondula como las colinas
y palpita como las capas más profundas del mar océano
tu vientre lleno de entrañas de temperatura insoportable
tu vientre que ruge como un horno
o que está tranquilo y pacificado como el pan
tu vientre como la superficie de las olas
lleno hasta los bordes de mar de fondo y de resacas
lleno de irresistible vértigo delicioso
como una caída en un ascensor desbocado
interminable como el vicio y como él insensible
tu vientre incalculadamente hermoso
valle en medio de ti en medio del universo
en medio de mi pensamiento
en medio de mi beso auroral
tu vientre plaza de todos
partido de luz y sombra y donde la muerte trepida
suave al tacto como la espalda del toro negro de la muerte
tu vientre de muerte hecha fuente para beber la vida
fuerte y clara
besaré tus muslos de catedral
de pinos paternales
practicables como los postigos que se abren sobre
lo desconocido
tus muslos para ser acariciados como un recuerdo pensativo
tensos como un arco que nunca se disparará
tus muslos cuya línea representa la curva del curso de los tiempos
besaré tus ingles donde anida la fragilidad de la existencia
tus ingles regadas como los huertos mozárabes
translúcidas y blancas como la vía láctea
besaré tu sexo terrible
oscuro como un signo que no puede nombrarse sin tartamudear
como una cruz que marca el centro de los centros
tu sexo de sal negra
de flor nacida antes que el tiempo
delicado y perverso como el interior de las caracolas
más profundo que el color rojo
tu sexo de dulce infierno vegetal
emocionante como perder el sentido
abierto como la semilla del mundo
tu sexo de perdón para el culpable sollozante
de disolución de la amargura y de mar hospitalario
y de luz enterrada y de conocimiento
de amor de lucha a muerte de girar de los astros
de sobrecogimiento de hondura de viaje entre sueños
de magia negra de anonadamiento de miel embrujada
de pendiente suave como el encadenamiento de las ideas
de crisol para fundir la vida y la muerte
de galaxia en expansión
tu sexo triángulo sagrado besaré
besaré besaré
hasta hacer que toda tú te enciendas
como un farol de papel que flota locamente en la noche.
[TOMÁS SEGOVIA]
1
Mis besos lloverán sobre tu boca oceánica
primero uno a uno como una hilera de gruesas gotas
anchas gotas dulces cuando empieza la lluvia
que revientan como claveles de sombra
luego de pronto todos juntos
hundiéndose en tu gruta marina
chorro de besos sordos entrando hasta tu fondo
perdiéndose como un chorro en el mar
en tu boca oceánica de oleaje caliente
besos chafados blandos anchos como el peso de la plastilina
besos oscuros como túneles de donde no se sale vivo
deslumbrantes como el estallido de la fe
sentidos como algo que te arrancan
comunicantes como los vasos comunicantes
besos penetrantes como la noche glacial en que todos nos abandonaron
besaré tus mejillas
tus pómulos de estatua de archilla adánica
tu piel que cede bajo mis dedos
para que yo modele un rostro de carne compacta
idéntico al tuyo
y besaré tus ojos más grandes que tú toda
y que tú y yo juntos y la vida y la muerte
del color de la tersura
de mirada asombrosa como encontrarse en la calle con
uno mismo
como encontrarse delante de un abismo
que nos obliga a decir quién somos
tus ojos en cuyo fondo vives tú
como en el fondo del bosque más claro del mundo
tus ojos que tú no conoces
que miran con un gran golpe aturdidor
y me inmutan y me obligan a callar y a ponerme serio
como si viera de pronto en una sola imagen
toda la trágica indescifrable historia de la especie
tus ojos de esfinge virginal
de silencio que resplandece como el hielo
tus ojos de caída durante mil años en el pozo del olvido
besaré también tu cuello liso y vertiginoso como un tobogán inmóvil
tu garganta donde la vida se anuda como un fruto
que se puede morder
tu garganta donde puede morderse la amargura
y donde el sol en estado líquido circula por tu voz y tus venas
como un cogñac ingrávido y cargado de electricidad
besaré tus hombros construidos y frágiles como la ciudad
de Florencia
y tus brazos firmes como un río caudal
frescos como la maternidad
rotundos como el momento de inspiración
tus brazos redondos como la palabra de Roma
amorosos a veces como el amor de las vacas por los terneros
y tus manos lisas y buenas como cucharas de palo
tus manos incitadoras como la fiebre
o blandas como el regazo de la madre del asesino
tus manos que apaciguan como saber que la bondad existe
besaré tus pechos globos de ternura
besaré sobre todo tus pechos más tibios que la convalescencia
y que pesan en el hueco de mi mano como la evidencia
en la mente del sabio
tus pechos pesados fluidos tus pechos de mercurio solar
tus pechos anchos como un paisaje escogido definitivamente
inolvidables como el pedazo de tierra donde habrán
de enterrarnos
calientes como las ganas de vivir
con pezones de milagro y dulces alfileres
que son la punta donde de pronto acaba chatamente
la fuerza de la vida y sus renovaciones
tus pezones de botón para abrochar el paraíso
de retoño del mundo que echa flores de puro júbilo
tus pezones submarinos de sabor a frescura
besaré mil veces tus pechos que pesan como imanes
y cuando los aprieto se desparraman como el son
en los trigales
tus pechos de luz materializada y de sangre dulcificada
generosos como la alegría de aceptar la tristeza
tus pechos en donde todo se resuelve
donde acaba la guerra la duda la tortura
y las ganas de morirse
besaré tu vientre firme como el planeta Tierra
tu vientre de llanura emergida del caos
de playa rumorosa
de almohada para la cabeza del rey después de entrar a saco
tu vientre misterioso cuna de la noche desesperada
remolino de la rendición y del deslumbrante suicidio
donde la frente se rinde como una espada fulminada
tu vientre montón de arena de oro palpitante
montón de trigo negro cosechado en la luna
montón de tenebroso humos incitante
tu vientre regado por los ríos subterráneos
donde aún palpitan las convulsiones del parto de la tierra
tu vientre contráctil que se endurece como un brusco
recuerdo que se coagula
y ondula como las colinas
y palpita como las capas más profundas del mar océano
tu vientre lleno de entrañas de temperatura insoportable
tu vientre que ruge como un horno
o que está tranquilo y pacificado como el pan
tu vientre como la superficie de las olas
lleno hasta los bordes de mar de fondo y de resacas
lleno de irresistible vértigo delicioso
como una caída en un ascensor desbocado
interminable como el vicio y como él insensible
tu vientre incalculadamente hermoso
valle en medio de ti en medio del universo
en medio de mi pensamiento
en medio de mi beso auroral
tu vientre plaza de todos
partido de luz y sombra y donde la muerte trepida
suave al tacto como la espalda del toro negro de la muerte
tu vientre de muerte hecha fuente para beber la vida
fuerte y clara
besaré tus muslos de catedral
de pinos paternales
practicables como los postigos que se abren sobre
lo desconocido
tus muslos para ser acariciados como un recuerdo pensativo
tensos como un arco que nunca se disparará
tus muslos cuya línea representa la curva del curso de los tiempos
besaré tus ingles donde anida la fragilidad de la existencia
tus ingles regadas como los huertos mozárabes
translúcidas y blancas como la vía láctea
besaré tu sexo terrible
oscuro como un signo que no puede nombrarse sin tartamudear
como una cruz que marca el centro de los centros
tu sexo de sal negra
de flor nacida antes que el tiempo
delicado y perverso como el interior de las caracolas
más profundo que el color rojo
tu sexo de dulce infierno vegetal
emocionante como perder el sentido
abierto como la semilla del mundo
tu sexo de perdón para el culpable sollozante
de disolución de la amargura y de mar hospitalario
y de luz enterrada y de conocimiento
de amor de lucha a muerte de girar de los astros
de sobrecogimiento de hondura de viaje entre sueños
de magia negra de anonadamiento de miel embrujada
de pendiente suave como el encadenamiento de las ideas
de crisol para fundir la vida y la muerte
de galaxia en expansión
tu sexo triángulo sagrado besaré
besaré besaré
hasta hacer que toda tú te enciendas
como un farol de papel que flota locamente en la noche.
[TOMÁS SEGOVIA]
lunes, marzo 25, 2013
Tezcatlipoca
La realidad social, la real, la neta
es una camioneta
color negro y es bruma y es así. La realidad es una
S.U.V.
negra y polarizada, donde no se ve nada. Puras ganas
de mirar a través de sus ventanas
qué rostro tiene el mal. ganas de ver quién es
el criminal
tras los vidrios oscuros. Cuatro cristales duros
como rocas, cuatro espejos humeantes, cuatro Tezcatlipocas
protegiendo al que va en el interior. Ocultando al señor. (¿Cambiar
de parecer? Mis versos inseguros
también pudieron ser
sobre lentes oscuros.) Quieres ver hacia dentro, pero el humo lo ampara. Y no sabes quién es. Y te asomas y ves
tu propia cara. Y crees que este bailable es sobre ti, pero es de la S.U.V., autoelogio y error, y crees que en su interior
tú gozas y transitas. Malo de mentiras, escudado en el arte, te basta tu reflejo
para no preguntarte
quién va tras el espejo, para no interesarte, para desafiliarte, para hacerte pendejo.
— “Tezcatlipoca”, incluido en Dioses del México antiguo. Coreografía cívica de Óscar de Pablo y Demián Flores.
es una camioneta
color negro y es bruma y es así. La realidad es una
S.U.V.
negra y polarizada, donde no se ve nada. Puras ganas
de mirar a través de sus ventanas
qué rostro tiene el mal. ganas de ver quién es
el criminal
tras los vidrios oscuros. Cuatro cristales duros
como rocas, cuatro espejos humeantes, cuatro Tezcatlipocas
protegiendo al que va en el interior. Ocultando al señor. (¿Cambiar
de parecer? Mis versos inseguros
también pudieron ser
sobre lentes oscuros.) Quieres ver hacia dentro, pero el humo lo ampara. Y no sabes quién es. Y te asomas y ves
tu propia cara. Y crees que este bailable es sobre ti, pero es de la S.U.V., autoelogio y error, y crees que en su interior
tú gozas y transitas. Malo de mentiras, escudado en el arte, te basta tu reflejo
para no preguntarte
quién va tras el espejo, para no interesarte, para desafiliarte, para hacerte pendejo.
Mientras agonizo
En un cuarto extraño, para dormir, tienes que vaciarte. Y antes de
vaciarte para dormir, ¿qué eres? Y cuando te vacías para dormir, no
eres. Y cuando estás lleno de sueño, nunca fuiste. No sé lo que soy. No
sé si soy yo o no lo soy.
— William Faulkner, Mientras agonizo, Alianza.
Calavera
Me pelas los dientes, Calavera;
te vuelves, otra vez, de azúcar.
Cosas del tiempo; como el mío,
de instantes contados es el tuyo.
Fija una raya inamovible,
me está: retirármela no puedo;
por más prisa que quieras darme,
estás impedida de acercármela.
Un entonces tengo destinado;
en la aurora o en el crepúsculo
o en el mediodía de ese entonces,
me abatirán la fiebre, el asma
o la fractura que dispongas.
Por lo pronto, me reconforta
lo que todavía me da gusto,
por mucho que lo hayas tú roído.
Calaverilla, te lo digo;
te lo estoy firmando, Dientoncilla:
antes de eso, lo que el aire a Juárez;
no podrás, la víspera, abolirme.
te vuelves, otra vez, de azúcar.
Cosas del tiempo; como el mío,
de instantes contados es el tuyo.
Fija una raya inamovible,
me está: retirármela no puedo;
por más prisa que quieras darme,
estás impedida de acercármela.
Un entonces tengo destinado;
en la aurora o en el crepúsculo
o en el mediodía de ese entonces,
me abatirán la fiebre, el asma
o la fractura que dispongas.
Por lo pronto, me reconforta
lo que todavía me da gusto,
por mucho que lo hayas tú roído.
Calaverilla, te lo digo;
te lo estoy firmando, Dientoncilla:
antes de eso, lo que el aire a Juárez;
no podrás, la víspera, abolirme.
— Rubén Bonifaz Nuño, XIV de Calacas, 2003.
Un favor
They shoot horses, don’t they?
Horace McCoy
Entonces abre la ventana
y tírateLos Tres
Horace McCoy
Entonces abre la ventana
y tírateLos Tres
Te estás poniendo fea y Cristo no te ama,
gorda,
lo gritan las paredes del gimnasio,
musa gorda,
no bajes (se refieren
a la caminadora), no bajes
que así bajarás mejor (Cfr.
Juan de Yepes; qué
creías, también yo
cursé licenciatura).
No bajes que así bajarás mejor: están hablando
de ti
diciendo: Cristo
no te ama.
Cristo no te ama. Todavía
te invita a a pasear
a solas:
te lleva a las afueras,
te tumba en cobertizos,
la mete a tus espaldas,
murmura entre los grillos
la cantinela esa de los años 80:
“ya no te quiero, pequeña,
ahora amo a los caballos”,
engolfando la voz
con calculado aprendizaje de Misterios;
un circo de pulgas castálidas.
No te ama.
Cristo no te ama. Persigue
en las inauguraciones
a las entecas novias
de los raperos
y los diseñadores
y los cibererotómanos
y los aduladores-
niñas que tienen todo el look
pero jamás se dejarían
sacar un ojo por el goce;
pergeña números
que son Su Nombre
en las comandas de los
Vip’s con la esperanza
de que las nietas del dinero
Le manden un SMS; patea botes (oscuro
bajo la noche sola) con tal
de no llamarte, de no
saltar borracho a tu piscina
tan sucia de hojas secas:
tan égloga en asilo.
Te estás poniendo fea,
fétida, malsana, pretenciosa,
musa gorda,
y Cristo no te ama:
ahora ama a los caballos.
Escúchame: ¿acaso no
matan a los caballos?…
No luches.
No me escupas.
Te estoy haciendo un favor.
gorda,
lo gritan las paredes del gimnasio,
musa gorda,
no bajes (se refieren
a la caminadora), no bajes
que así bajarás mejor (Cfr.
Juan de Yepes; qué
creías, también yo
cursé licenciatura).
No bajes que así bajarás mejor: están hablando
de ti
diciendo: Cristo
no te ama.
Cristo no te ama. Todavía
te invita a a pasear
a solas:
te lleva a las afueras,
te tumba en cobertizos,
la mete a tus espaldas,
murmura entre los grillos
la cantinela esa de los años 80:
“ya no te quiero, pequeña,
ahora amo a los caballos”,
engolfando la voz
con calculado aprendizaje de Misterios;
un circo de pulgas castálidas.
No te ama.
Cristo no te ama. Persigue
en las inauguraciones
a las entecas novias
de los raperos
y los diseñadores
y los cibererotómanos
y los aduladores-
niñas que tienen todo el look
pero jamás se dejarían
sacar un ojo por el goce;
pergeña números
que son Su Nombre
en las comandas de los
Vip’s con la esperanza
de que las nietas del dinero
Le manden un SMS; patea botes (oscuro
bajo la noche sola) con tal
de no llamarte, de no
saltar borracho a tu piscina
tan sucia de hojas secas:
tan égloga en asilo.
Te estás poniendo fea,
fétida, malsana, pretenciosa,
musa gorda,
y Cristo no te ama:
ahora ama a los caballos.
Escúchame: ¿acaso no
matan a los caballos?…
No luches.
No me escupas.
Te estoy haciendo un favor.
— Julián Herbert, “Cristo no te ama”, Crítica 146 (noviembre 2011-enero 2012).
sábado, marzo 16, 2013
[Falsos tesoros]
De todo lo que he dicho de mí, ¿qué queda?
guardé falsos tesoros en armarios vacíos
un inútil navío une mi infancia a mi fastidio
mis juegos a mis quimeras
la tempestad al arca de noches donde estoy solo
una isla sin animales que amo
una mujer abandonada a la mujer siempre nueva
en vena de belleza
única mujer real
aquí allá
dando sueños a los ausentes
su mano tendida hacia mí
se refleja en la mía
digo buenos días sonriendo
no se piensa en la ignorancia
y la ignorancia reina
sí yo lo esperé todo
y desesperé de todo
de la vida el amor el olvido el sueño
de la fuerza la debilidad
ya nadie me conoce
mi nombre mi sombra son lobos
[PAUL ÉLUARD]
versión de Octavio Paz
Tomado del perfil de Facebook de Julián Herbert
martes, enero 29, 2013
Poema
Sé cuán delgados son los hilos que me atan a mi felicidad.
Pero de esos delgados hilos me tejí un ropaje resistente
casi como una armadura suave, urdimbre y trama de felicidad
que me ayuda a cubrir mis desnudeces y me protege.
Sin embargo a veces me parece que mi vida no vale
la piel de mi cuerpo que la envuelve y ni siquiera vale
las uñas de mis dedos con las que me agarro de ella.
Soy como un hombre que levanta su muñeca
para ver la hora, aun sin tener puesto el reloj.
Y a veces el gorgoteo de las últimas gotas de agua
que salen de la tina es el canto del ruiseñor en mis oídos. ~
Versión del hebreo de Claudia Kerik
Poema #6 de la serie “En mi vida, en mi vida”,
del libro Abierto, cerrado, abierto (1998).
del libro Abierto, cerrado, abierto (1998).
Yehuda Amijái
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