jueves, agosto 16, 2007

Casa de Cristal

Me mudé hace un par de años, tan lujosa y decorada, me convencí al verla inmediatamente "tengo que vivir aqui" me dije a primera vista. Me imaginaba corriendo por las mañanas en sus jardines y sentado en las soleadas bancas para leer, en ese momento no pensaba que no era ni un gran deportista ni un gran lector. Después me daría cuenta de que no era un lugar para lectores ni deportistas, solo tenía la fachada correcta.

La renta es cara, solía creer que el precio lo valía, grandes esfuerzos tomaban lugar para dormir bajo ese techo. El vecindario es un poco extraño, a pesar del tiempo todavia me siento foraneo en el lugar, la misma casa conserva un incomodo olor a nuevo que impresiona mucho pero imposibilita mutar su propio nombre a hogar.

Las ventanas fueron algo que me llamaron mucho la atención, grandes ventanales por todas partes que inundaban de luz todas las habitaciones, como disfrutaba sentir aquel sol blanco anranajado golpear mi rostro a traves de tremendo vidrio; para los momentos de privacidad y ocio se podían bajar unas cortinas rojas, bien gruesas para tenet momentos, necesarios momentos de obscuridad. Pero el último casero ha quitado las cortinas, de repente me siento observado y atacado por las miradas ajenas, las miradas internas y los ojos casi omnipresentes de un casero que quiere vender el inmueble.

No me queda más que cubrirme mojigatamente, ya no se puede andar con libertad por los distintos cuartos, los mutilados y pintados cuerpos desnudos deben de cubrirse, no hay rincón que se escape, aunque haya rincones mas visibles, ninguno se salva del ojo que todo lo ve. El ojo persecutor.

Que se le va a hacer, lo bueno es que mi contrato vence en cada vez menos tiempo.

Saludos