miércoles, enero 24, 2007

Historias aleatorias de memorias esporadicas.

Al norte del D.F., en la zona suburbial, hay una presa que fue llamada Madin por una razon que desconozco, ubicada en el municipio de Atizapan de Zaragoza y a 10 minutos del periferico (altura Plaza Satelite) se llega a ver aquel lugar que se ha ido intoxicando y poblando como las lomas que la rodean, varias historias y leyendas giran alrededor de ella. Y como todo escenario mitificado, la muerte y los fantasmas estan presentes en su existir.

Se dice que en los caminos que la contornan y que transitan cientos de miles de chilangos y mexiquenses dia a dia, hay una mujer vestida de blanco que pide que paren para que la lleven al otro lado del camino, en caso de que los conductores se paren, ella simplemente aborda el auto y al bajarse dice gracias como cualquier otra persona y se va. De lo contrario, se aparece a la mitad de las curvas que componen la carretera de Madin y provoca que los conductores intenten evitarla y terminen cayendo por la ladera del paisaje. Esa es una de las leyendas que justifica tantos accidentes automovilisticos en la zona.

En esa presa solia estacionar con Daffne cuando aprendi a manejar, solo para apreciar el paisaje dese la invisibilidad; luego con Paco, Huevo, Turis y Chango para aprovechar del anonimato del lugar e ir a beber a escondidas cuando nos corrian de las fiestas, con Malgesto para tener conversaciones eternas hasta que el frio, la noche o alguien que incomodara la situacion llegara, con Jamie alguna ocasion para mostrarle uno de mis lugares favoritos de la "ciudad" o sus extensiones. Pero de todas esas ocasiones hubo una en particular que me es imposible olvidar.

Nos habian corrido de una fiesta adolescente, teniamos una botella, refrescos, una bolsa de hielos, papas y 3 adolescentes con ganas de celebrar la vida, todo lo que se necesita para buscar empedernidamente un lugar para hacerlo. La presa Madin se mostraba ante nuestros ojos como el lugar perfecto.

Paco, Chango y yo eramos lo invitados de esa fiesta privada en medio del todo y nada, parecia el ombligo obscuro rodeado de luminiscencias de un Mexico dormido. asi nos sentiamos. Hablabamos de las leyendas de la presa, que ante nuestros citadino ojos empezaba a parecer el mar, una de ella es la de unos pequenios ninios que habian muerto no hace mucho, unos cuantos anios atras, ahogados en las enramadas aguas verdes que en ese momento reflejaban la luna y las luces de los autos que se veian pasar a lo lejos.

La temperatura bajaba, asi como el contenido de la botella, decidimos entrar al auto, protegernos del frio y escuchar algo de musica; dejamos los hielos en la casetilla en la que estabamos anteriormente, el cemento del lugar es de ese que es blanco y polvoso, que con agua parece entintarse por que al mojarse se obscurece. Ahi dejamos de hecho, todo nuestro "fiesta kit".

A pesar de las bajas temperaturas, lo hielos naturalmente se derritieron, Paco y Chango fueron los primeros en darse cuenta y regresar despavoridos. Se habian ido a servir mas y se encontraron con una gran sorpresa, producto tal vez de nuestra subjetivididad, borrachera o de los fantasmas del lugar.

Me hicieron bajar con ellos para comprobar el inexplicable fenomeno, la bolsa de hielos al derretirse habia dejado un trazo perfecto, el de la silueta de un cuerpo de aproximadamente 1.30mts. Imaginacion no era, los tres presentes podiamos ver algo que queriamos explicar de manera logica pero nos resultaba imposible. Tomamos la botella y salimos corriendo despavoridos.

Nunca volvimos a ese lugar de noche, y cada vez que manejo solo, prefiero hacerlo por rutas alternas, pero cuando se trata de ir al pasado, siempre el camino mas corto es por Madin.

Saludos