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De las cosas mas recientes que sucedieron en aquel lugar en el que la gente se dispone a viajar:
-Hablé conmigo mismo, bueno, con una persona que se parecía tanto a mi, incluso fisicamente, era chilango por supuesto, solo que aquel yo paralelo se dedicaba a producir musica, una conversacion de casi cuarenta minutos sumamente interesante, y yo que decia que conocer a un similar no me gustaria. Bueno, tampoco me enamore de el, pero me cayo muy bien.
-Noruego, de cuarenta y dos años, pescador, venia de un viajes de treinta dias en un barco venezolano, estuvo cazando atun. Vive en un pueblito noruego, a dos horas de Oslo, dice que si matara a alguien afuera de su casa, nadie se enteraria. Me recomendó salir y ver el mundo, para así entenderlo. Despues se puso a platicar con un aleman y voló.
-Una chica, se sentó dos mesas en frente de mi, no se si era mexicana, pero a mi criterio podría ser de cualquier parte del mundo, no bonita, no fea, estaba ahi, sonriendole a la gente, hablando consigo misma, escribiendo o dibujando, no se, hacia algo con una pluma y un cuaderno, lo curioso es que al verla inmediatamente denotaba amabilidad, te incitaba a sentarte con ella y hablar, de lo que fuera. Aparentemente no fui el unico en percibir eso, ya que durante su estancia en el bar, hablo con un mesero, una pareja ya grande que se sentaba frente a ella y un hombre que se sentaba a un lado, todos le buscaron la platica.
-Un argentino, que mientras estuvo sentado y comiendo un sandwich y para no faltar al estereotipo, le llamó a mas de diez personas, la mayoria parecia preguntar "Quien habla?". Por que el respondió a esta pregunta de distintas maneras (y es aqui donde entra la preservación del estereotipo) como: (y a esto agreguenle un acento argentino sumamente arrogante) Soy el número uno, soy el argentino favortio, soy Dios, soy el hombre más guapo. También llegó a referirse al D.F. como el principio del final de universo. El tipo no soltó su telefono en todo momento, y el fin de todas las llamadas era para presumir unos boletos que le habian regalado para ir a Cancun. En fin, es el resultado que da la combinación entre un argentino y un nextel.*Por cierto, no era tan guapo el hombre.
-Un hombre del norte del país que iba con rumbo al mundial, uno más que confesó su miedo por el D.F. Por cierto, el único que prometió regresar al bar.
-Hordas de mexicanos con rumbo a Alemania, no lo podrían creer. todos ellos hacian un gran esfuerzo por mantener los estereotipos llevando chiles, sombreros y bigotes falsos, en serio.
*Esta fue la última historia del aeropuerto, por lo menos desde la perspectiva que tenia debido a que hoy mismo renuncie a mi empleo. La siguiente historia del aeropuerto llegará cuando haga el proximo viaje, con el cual (y muy a la manera de María) abriré un blog nuevo, esperenlo.
Saludos